REFLEXION DOMINICAL, 15 DE ABRIL, 2018

- Nos encontramos celebrando el tercer domingo de pascua, donde el poder del Espíritu Santo se hace sentir con fortaleza, y es que el testimonio que dan los apóstoles es sin miedo alguno, sino con verdadero convencimiento de quien es Cristo en verdad.

- Además de que no tenemos otra opción, sino seguir a Jesucristo que nos ha comprado la salvación no con cosas materiales y ambiciosas, como nos ha enseñado el capitalismo, sino con la sangre preciosa de Jesucristo, que ha muerto en la cruz y ha resucitado al tercer día.

- En esta semana nos vemos amenazados por una confrontación de los países grandes en Siria, todo por medir fuerzas y ver el mayor poder. Ya hemos visto como Inglaterra, Francia y los Estados Unidos de Norteamérica, luego de apoyar por años a grupo de milicias, y hoy sin ningún fundamento, ni autoridad moral han disparado 103 misiles a Siria, una tierra que no es de ellos, pero como se idolatra al dios de la guerra, de la destrucción se toman el atrevimiento de destruir sin importar las vidas, la estructura de una nación y pasando sobre las Naciones Unidas, la organización de armas químicas OPAQ en otras palabras es a base del abuso, la arrogancia y el decir nosotros hacemos lo que queremos en donde queremos y porque queremos, sin importar valores… Dios nos de su gracia para que esto no escale a un nivel superior y se tenga una guerra de gran magnitud donde muramos miles y miles.

-  pero al mismo tiempo vemos como en Perú se esta llevando a cabo la cumbre de las Américas, pero que siguen siendo viciadas, por dejarse dominar por aquellos que venden nuestros principios y prestan a nuestros pueblos para que sean saqueados, sin importarles, mas que su riqueza, no les importa la población y con su retórica espejista engañan llamándose salvadores; como se puede ver al invitar a diputados de la oposición venezolana, sin ser parciales, mientras vemos como en Honduras y otros países las cosas andan mal, como en la misma administración del gobierno del Norte, pero ahí estamos sometidos a ese sistema de poder y explotación.