REFLEXION DOMINICAL, 16 DE DICIEMBRE, 2018

- Hoy estamos celebrando el tercer domingo de Adviento, cada vez más cerca de otra Navidad, y al igual que una mujer se prepara para recibir el nacimiento de su hijo que está en el vientre, habría que ver, como usted y yo nos estamos preparando para que Cristo nazca en nosotros.

- Muchos andamos preocupados, gastando el dinerito que tanto cuesta ganar, otros cogiendo grandes deudas en sus tarjetas de crédito en esta época, todo por dejarnos arrastrar por el sistema capitalista, que nos lleva tanto a la competencia, al consumismo, al aparentar en medio de compras y compras, pero nos vamos alejando más de la realidad que es celebrar el Nacimiento de Jesucristo, no el árbol de los regalos, que es lo que fomentamos.

- Ya hemos celebrado la fiesta de la Reina de las Américas, la Virgen de Guadalupe, la Morenita del Tepeyac. Cuando sabemos amar a nuestra madre que nos ha dado a luz, nos ha cuidado, nos identificamos como hijos de María siguiendo el mandato de Jesús en la cruz, cuando le dijo a Juan que era su hijo y María de Guadalupe salió a la defensa de la comunidad indígena y tomo hasta nuestro color, se le apareció a otro Juan, con la única diferencia que María se le aparece a un nativo, llamado Juan Diego.

1) Lectura del Profeta Sofonías 3:14-20

- El profeta inicia diciendo: ¡Canta, ciudad de Sión! ¡Da voces de alegría, pueblo de Israel!. En otras palabras, lo que celebramos es vida, vida de gozo, vida hacia la justicia y la dignidad de todos los seres humanos, que quien viene es el Mesías, el Dios entre nosotros, el Enmanuel. Aquí no hay motivo para estar triste, no hay que perder de vista que Dios nos ha perdonado y con su amor infinito viene a poner su morada en medio de nosotros.

- Se nos repite, que no tengamos miedo, ni que perdamos fuerza ni en manos, ni en los pies, porque Dios está en medio de nosotros, no para condenarnos, sino para darnos vida, felicidad, gozo; y además el nos salvara de toda clase de situaciones que nos esclavizan. Porque el amor de Dios es tan grande y maravilloso, que no hay nada que se le compare, tanto como la humillación y la vergüenza van a desaparecer de nosotros.

- El que viene es nuestro Dios hecho hombre, el que deja su estadía celestial para venir a habitar en medio nuestro, para rescatarnos de toda opresión, y va ayudar a toda oveja que cojea, y va recoger la extraviada, y eso es nuestro papel como sacerdotes y cristianos, no el de condenar, sino salir en busca de la perdida para darle vida y rescatar, para que camine en ese encuentro de amor del Dios que viene a salvarnos a todos. Para Dios solo existen hijos e hijas, no hace diferencia como el mundo del materialismo que divide, separa, hace distinciones en medio de las clases que ha hecho, y la misericordia de Dios es infinita, por eso con su amor nos da una y otra oportunidad para poder cambiar.

2) Lectura de la Carta de Pablo a los Filipenses 4:4-7

- San Pablo de la misma manera, que la primera lectura inicia diciendo: ¡Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense! Que todos los conozcan a ustedes como personas bondadosas”. No hay motivo para vivir tristes, con nostalgia, con rencores, llenos de odio, solo hay tiempo para vivir felices, porque quien viene es el Salvador, el Señor Cristo Jesús que es el Mesías, y no viene para darnos muerte, sino muerte al pecado que hay en nosotros para darnos vida.

- Cuando Pablo dice: El Señor esta cerca. No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pidiéndole, y denle gracias también”. Si en verdad no hay motivo porque tener miedo, si es el Hijo de Dios, Cristo Jesús el que viene a nuestro encuentro y ese encuentro es de amor, lo único que debe usted es convertirse, cambiar de vida, sabiendo que Dios nos quiere puros y sin mancha en su presencia, pero si usted acude a él con fe y confianza Dios lo limpiará, solo necesitamos doblar toda rodilla en señal de adoración, sabiendo que solo en él hay vida en abundancia.

- Cristo nos trae la paz, que el hombre no puede dar con sus armas, con sus dominaciones y democracias creadas de acuerdo a sus conveniencias, lo importante, que aunque no podamos comprender la grandeza del poder de Dios, que sobre pasa todo entendimiento, esa paz llegará a nuestros pensamientos y habitará en nuestro corazón, todo y cuando le demos nuestra vida a ese Dios que viene a nuestro encuentro.

3) Santo Evangelio de San Lucas 3:7-18

- El profeta Juan Bautista, al ver a la gente que sale a su encuentro, para pedirle que les bautice, no se alegra, no cae en emociones, sino que al contario les llama: “!Raza de víboras! ¿Quién les ha dicho a ustedes que van librarse del Terrible castigo que e acerca?. Lo que busca Juan, es que no solo haya fanatismo, emociones ilusorias, que solo sea algo pasajero, que la conversión sea verdadera, no mediocremente, como en la mayoría de los templos tenemos cantidad de personas que dicen seguir al Señor y están en los templos, pero no se ve que damos testimonio vivo del Cristo que nos invita a un verdadero cambio.

- El mismo Juan conociendo la soberbia del pueblo que busca como presumir, que son de la descendencia de Abraham como muchos que presumimos que somos ministros, o de tal o cual iglesia, que somos fieles servidores; pero nuestra vida desde dice mucho de la llamada a ser un verdadero seguir de Cristo Jesús; por eso mismo Juan nos ubica en nuestro lugar y nos expone con naturalidad, que Dios puede hacer hasta de las piedras mejores seguidores suyos.

- Al momento que Juan pone mayor fuerza en el mensaje, como que el hacha ya esta lista para cortar de un tajo a nosotros que no estamos dando buen fruto, la gente no tanto por convencimiento, sino con más miedo que otra cosa preguntan, que podemos hacer: primero el mensaje para todos, si tenemos la costumbre de acumular y acumular ropa, sobre todo en este tiempo, que compartamos con el que no tiene, y si hacemos gran derroche de comida, que también compartamos con los que no tienen, porque esa es la Navidad.

- Al acercarse a Juan los cobradores de impuestos para que los bautizara. Les hace ver que no cobren más de lo que no deben cobrar, y de esto estamos plegados hoy, cantidad de empresas, personas que no se conforman con ganar poco, siempre quieren más y más y no les importa la vida de los otros. Y también cuando llegan los militares les dice: “No le quiten nada a nadie, ni con amenazas ni acusándolo de algo que no haya hecho; y confórmense con su sueldo”. En realidad en muchos lugres hay militares que no cuidan el bienestar común y se aprovechan de la fuerza y del poder que les da una arma; pero también hay en otros lugares que los cuerpos policiales se vuelven represores y explotadores de los pobres que pagan sus salarios con los impuestos que tiene el gobierno.

- Mientras la gente esta con tantas expectativas, sin saber con quién están, y si Juan es el Mesías, él con humildad, sin buscar protagonismo, ni querer ser el que desplaza a Cristo, nos va a decir: “Yo, en verdad, los bautizo con agua; pero viene uno que los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. El es más poderoso que yo, que ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias”. Juan nos enseña humildad, honestidad, sencillez, que se debe de servir, solo obedeciendo, no buscando la vanagloria, no queriendo tomar el lugar del otro, y eso es un gran problema en varios lugares de trabajo, en las iglesias donde personas quieren quitar a otros y pelean por puestos; además y sobre todo en esta parte nos queda claro: EL BAUTISMO DE JUAN NO ES EL MISMO CON EL DE CRISTO. EL DE JUAN ES UN RITO DE PURIFICACION, NO HAY QUE CONFUNDIRSE CON EL BAUTISMO CRISTIANO.

- Juan que es leal al mensaje, que es auténtico y puro en su contenido, nos hace ver con toda humildad, que el poderoso es Cristo, que el es solo un servidor, y que bueno que nosotros fuéramos de la misma manera, sabiendo que es a Cristo que estamos dando a conocer.

P. Vidal Rivas