- Hoy estamos iniciamos el año de la iglesia, con el primer domingo de Adviento que se nos está invitando a prepararnos a que Cristo pueda tener un verdadero nacimiento en nuestro corazón y hogares.
- El Adviento es un tiempo tan bonito, para que todos comencemos a pensar, como es qué está nuestra vida de encuentro con Dios; porque es el tiempo del año en el que más se gasta y hemos llegado a idolatrar al materialismo por medio del capitalismo, donde el consumismo nos lleva a enriquecer más al gran capital, sin importar el ser humano y la navidad, que es un tiempo de encuentro con el Señor Jesús, lo hacemos al contrario no dejándolo que nazca en nuestras vidas. Hay que erradicar de entre nosotros toda guerra, divisiones, envidias y buscar como ese amor de Dios se hace vida en nosotros.
- Hay que erradicar toda clase de injusticia, como lo que hemos hecho en esta gran nación con el derroche de comida, mientras muchos hogares se quedaron sin un plato de comida; y sobre todo ver cantidad de personas de rodillas al consumismo en el famoso Viernes Negro, de una manera despectiva, porque la gente no sabe el como valorar la vida y se expone y expone su misma economía a cosas superfluas, donde son las cosas las que tienen mayor valor que la misma vida, porque hemos caído en el relativismo sin valores y creemos que la vida es presumir, o tener cosas y no ser mejores seres humano.
1) Lectura del Profeta Isaías 64:1-9
- Dios habla le habla al profeta y le hace ver que al igual que el fuego prende en la hojarasca y hace hervir al agua de la misma manera su palabra debe de hacernos cambiar de actitudes para bien, de que no seamos oyentes olvidadizos, como decimos es que por un oído escucho y por el otro se sale.
- También le hace mención que los que practican la justicia le encuentran, pero se refiere a la justicia que es cristalina, que corre como el río, no la justicia que se aplica a favor de los que tienen dinero para sobornar a jueces y abogados y comprar testigos falsos, sino la que es igual para todos, porque todos somos iguales. Por ejemplo vemos la corrupción en los sistemas electorales en los Estados Unidos, hoy en Honduras y otros lugares mucho más, y también por la persecución que se hace con los inmigrantes que no se les respeta ni valoriza.
- El profeta nos da una bonita lección cuando dice: “Pues, bien, Yahvé, tú eres nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y tú nuestro alfarero, la hechura de tus manos todos nosotros. No te irrites, Yahvé demasiado, ni para siempre recuerdes la culpa”. Es que con facilidad caemos como las hojas de los árboles, que vamos fracasando por nuestras malas decisiones, o porque nuestro compromiso con Dios no es el correcto y dejamos mucho que desear como cristianos.
2) Lectura de la primera carta de Pablo a los Corintios 1:1-9
- Un saludo maravilloso que hace Pablo: “Reciban bendición y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, el Señor”. Si todos pensáramos de esta manera, no nos ofendiéramos, saldría paz, seríamos más felices y el amor de Dios se manifestaría en todos.
- La fidelidad de Dios es para siempre, no se termina en medio de nuestras infidelidades, sino al contrario se renuevan día con día, y la santidad de Dios se va manifestando de distintas maneras, porque Dios quiere la verdadera comunión de nosotros por medio de su Hijo Jesucristo.
- Cuando el ser humano se ha encontrado con Jesucristo y lo ha hecho su señor, entiende que no puede vivir de acuerdo a sus caprichos, sino en la dirección del Evangelio, sabiendo que es a Cristo Jesús al que tenemos que dar a conocer y no vivir nosotros mismos sino dejando que por medio de nuestro rostro se refleje al Cristo vivo que libera a todo ser humano y nos enaltece por la gracia que habita en nosotros.
3) Santo Evangelio de San Marcos 13:24-37
- Este Evangelio viene a presentar los signos mesiánicos de la llegada de Jesucristo, por lo que van a suceder fenómenos que van a alterar el orden establecido, ya hay cantidad de ellos que vienen pasando, pero no podemos abusar de creernos que ya llega el fin del mundo, él vendrá como en un cerrar y abrir de ojos, solo hagamos su voluntad y vivamos nuestra vida como en una fiesta.
- Jesús nos dice, que tienen que suceder cosas que nos van a alarmar, pero debemos de saber leer los signos de los tiempos, debemos de interpretarlos correctamente, no debemos inventar, sino saber que lo que él nos dice es verdad; por eso nos afirma: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Más de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”.
- “Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuando será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improvisto y os encuentre dormidos. Lo que ha ustedes digo, a todos lo digo: ¡Velad!”.
- Viendo estos dos trozos del evangelio, que nos hacen ver con toda claridad, que nadie puede atribuirse semejante conocimiento, no podemos pasar sobre los ángeles, ni mucho menos sobre Jesucristo, pero si hay cantidad de ignorancia y por eso se dan tantos atrevimientos de decir, ya viene Jesús, ya estamos en el fin del mundo y eso ya lleva un poco más de dos mil años de venir inventando y todavía hay personas que se dejan engañar. Momento a Dios no se le sigue por miedo, se le ama y por convencimiento total uno le da la vida y le obedece en fidelidad. Por lo tanto como dice el Evangelio, lo que nos toca a nosotros es velar y ser fieles viviendo nuestra vida con naturalidad, sabiendo que de Dios venimos y a él le pertenecemos y que se haga su voluntad cuando él mejor lo tenga dispuesto.
- Al meditar en torno al final del mundo, el gran Escatón o sea el día final, no tenemos porque caer en desesperación, sino con gozo saber esperar ese encuentro con nuestro Creador, que lo que nos trae es salvación, vida eterna para que gocemos de sus maravillas y vivamos gloriosos junto a él por toda la vida; por eso mismo, usted goce el amor de Dios y viva tan radiante en felicidad, sabiendo que sólo en él es que nos realizamos plenamente.
P. Vidal Rivas