REFLEXION DOMINICAL, 2 DE FEBRERO, 2020

- Nos encontramos celebrando el cuarto domingo luego de la fiesta de la Epifanía, donde la Palabra de Dios nos viene a enseñar, que si queremos vida, debemos de estar unidos a Dios.

- También hoy en este domingo se celebra la fiesta de la Presentación de Nuestro Señor al templo, fiesta comúnmente conocida, como la Candelaria. Con esta fiesta podemos ver, como Dios con la venida de Jesucristo, rechaza toda división o machismo; por eso mismo permite que el Anciano Simeón lo tome en sus brazos, profetice en torno a Cristo, y lo mismo hace Ana la profetisa, y lo hace dentro del templo, con esto se rompe esa situación que se vive en muchas iglesias hoy, donde solo el hombre puede ser ordenado, mientras la mujer se mantiene marginada y se les alienada con pensamientos bonitos.

- Al celebrar esta maravillosa fiesta del Señor Jesucristo, que rompe con toda situación de esclavitud y es que Cristo no es para que vivamos en miseria y eso es lo que reconoce Simeón cuando le dice a la Virgen que Jesucristo será motivo de salvación para unos y para otros causa de condena, es que es la piedra de tropiezo; por lo tanto debemos saber nosotros donde estamos parados para el bien.

- Ya nos encontramos en el momento final del juicio político en los Estados Unidos, pero con el problema del Coronavirus y la muerte de Kobe Brayant, todo se ha desviado la atención; mientras en verdad no estamos viendo un juicio transparente, justo ni digno, sino viciado y lleno de oscurantismo, todo por conservar el poder; pero si quieren ser jueces del mundo condenando y dictando leyes de quienes son los bueno y los malos, lo que pueden y no gobernar, lo cual es vergonzoso y denigrante.

1) Lectura del Profeta Malaquías 3:1-4

- El profeta nos habla del mensaje de Dios que lleva buenas nuevas, nos ayuda a caminar en el camino despejado, que nos conduce al encuentro con el Señor, para luego vivir en su santuario.

- El mensajero de Dios, nos incorpora en el plan de la nueva alianza, que es lo que tanto necesita la humanidad, quién no temerá nada y siempre estará de pie, para poder darnos lo que corresponde y así estaremos limpios.

- El mensajero de Dios, no es una persona común y corriente, es su mismo Hijo que viene, por eso es que tiene el poder de refinarnos, como se refina la plata y el oro, en otras palabras nos da su gracia de la vida de la conversión, para poder transformar nuestro ser y de esa manera se vuelve uno a ser auténticos, porque de lo contrario llevamos una vida de hipocresía y no se puede vivir de una religión muerta, sino de la vida de Dios.

- Cuando los seres humanos tienen su verdadero encuentro con Dios, y salen victoriosos en el bien en base de la justicia como la norma de la vida, esa es la manera para acercarse a Dios y se ofrece la ofrenda grata a los ojos de Dios, donde ya estamos reconciliados con él y con nuestros semejantes que son parte de nuestra comunión en este hogar común.

2) Lectura de la Carta a los Hebreos 2:14-18

- Dios al enviar a su Hijo a este mundo, lo hace tomar carne de la misma carne que la humanidad participa, porque es la única manera de rescatarnos y hacernos entender, que si Jesús se encarna de María de Nazaret, vive el censo, la persecución, la pobreza y la marginación, y al hacerse uno como nosotros menos en el pecado como nos lo dice San Pablo, es que Jesús vivió toda clase de situaciones como todo varón, por eso mismo fue presentado en el templo y es circuncidado como todo ser humano de su tiempo y nadie debe de escandalizarse; porque él viene a liberarnos de toda clase de esclavitud, y de esa manera nos va a liberar de esa muerte que reinaba en el mundo y que todavía muchos no nos hemos liberado y tenemos miedo a ese encuentro con el Creador.

- Cristo como el Mesías enviado del Padre Dios, que nos ama con amor misericordioso, al darnos a Cristo, que muere y resucita, nos vuelve a la vida y si él murió y resucitó es que la muerte no es el final de la vida, sino el camino que nos devuelve hacia Dios.

- Cuando analizamos la venida de Cristo, que no ha venido a salvar a los ángeles, sino a nuestra humanidad que había sido alejada de la gracia de Dios, por el pecado y el reinado de la muerte. Jesús nos enseña el amor misericordioso de Dios, como las enseñanzas del Buen Pastor, el Hijo Pródigo y muchas parábulas del Reino que muestran el amor compasivo y misericordioso del Padre y nos hace vida lo que nos dijo delante de Nicodemo que tanto amo Dios, que lo envió para que tengamos vida en abundancia y nadie se pierda; y por eso mismo en la Santa Cruz nos enseña el perdón al decir: “Padre perdónales, porque no saben lo que hacen”.

3) Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, según San Lucas 2:22-40

- José y María, que son padres muy religiosos y que la religión es parte esencial de sus vidas, por lo que llevan al Niño Jesús al templo a presentarlo y a purificarlo de acuerdo a la Ley de Moisés, y no llevan ningún complejo, solo les mueve el amor de Dios y con esa fe, no llevan miedo alguno a ser rechazados, porque saben que son hijos de ese Padre de amor.

- Por ley tenía que dar animales como ofrenda al sacrificio, como un rescate y consagración y todo era de acuerdo a sus posibilidades económicas y ellos como son pobres llevan lo que representa a los más pobres que es un par de tórtolas o pichones, que representan la Paloma de la paz del Génesis y la Paloma del Espíritu Santo en el Pentecostés que inicia hoy para su pueblo. Ellos no se sienten de menos, porque no compiten con nadie, como hoy se ha caído en las grandes fiestas que inventamos para las fiestas de bautismo y otros sacramentos, que hemos deformado nuestra vida de fe, y hacemos todos para alegrar a la gente, no para agradar a Dios. Cristo nos enseña, que lo importante no es aparentar, ni el tener tantas cosas, sino el ser y vivir desde el corazón la entrega a Dios; sino de lo contrario José y María hubieran llevado cientos de animales de toda especie, ya que Cristo es el Hijo del Creador y Señor del universo.

- El anciano Simeón, que es un hombre de Dios, que se le ha revelado la venida del Mesías, y que no va a morir mientras no lo haya visto, aguarda con paciencia ese día y hoy que se llega la oportunidad, va al templo impulsado por el Espíritu Santo; porque se ha llegado el momento más grande de su vida, poder ver al Hijo de Dios y hablar maravillas de él, lo mismo de tenerlo en sus brazos para sentir la ternura de Dios en medio de nuestras flaquezas.

- Simeón que es obediente al Espíritu Santo, se deja llevar al templo, se encuentra con la Sagrada familia, que no viene rodeado de ángeles ni de guardias que cuidan al Rey de Reyes, sino que viene lleno de humildad y sencillez, pero con la santidad de Dios, y él como esta lleno del espíritu de Dios puede descubrir que ese niño es el Mesías esperado y por eso con seguridad lo toma en sus manos y va a decir lo siguiente: “Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho. Porque mis ojos han visto a tu salvador, que has preparado y ofreces a todos los pueblos, luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel.” Y es que el gozo de Simeón es tan grande e inmenso que el poder de Dios se hace sentir en su persona y con ese gozo de Dios es que habla y sabe lo que dice es palabra de vida.

- El frente a los padres de Jesús les va a decir lo siguiente: ”Mira, este niño traerá a la gente de Israel ya sea caídas o resurrección. Será una señal impugnada en cuanto se manifieste, mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres”. En realidad lo que se ve de todo esto es como Dios por medio de su Hijo da vida y salvación, para unos y para otros se vuelve piedra de tropiezo, pero esa es la misma realidad en la que vivimos hoy con muchas iglesias y predicadores que se encargan de adormecer a sus feligreses con enseñanzas cargadas de opio, para que no despierten y sigan ciegas y sordas a las realidades del momento, olvidando el Evangelio Vivo de Jesucristo que es al que debemos imitar y seguir como discípulos suyos.

- Al presentarse Simeón, como hombre fuera del templo, para dar la bienvenida al Niño Jesús, y como hombre que es, tiene todos los derechos de hablar abiertamente de Dios, cómo lo debemos de hacer también nosotros en la actualidad.

- Ana la profetisa, hoy tiene su turno, y ella está dentro del templo y toma al niño, lo reconoce como el Mesías, alaba a Dios; mientras hoy tenemos cantidad de iglesias machistas que se alejaron de la igualdad del hombre y la mujer, ambos con los mismos derechos y deberes para proclamar el nombre de Jesús nuestro Salvador y Señor del universo; y nos toca a todos no seguir permitiendo semejante atropello contra la dignidad, grandeza y vocación de la mujer, para que en todas las iglesias, hayan mujeres sacerdotes, obispos y tengan toda la libertad de aportar todos esos dones que Dios ha puesto en sus vidas para hacer de este mundo el mundo de la ternura en la justicia y verdad.

- Que al igual que la Sagrada familia, fueron libres llevando a sus Hijo al templo, de la misma manera nosotros sepamos educar cristianamente a nuestros hijos, y también lo mismo que hace Simeón y Ana, nunca tengamos vergüenza de proclamar su nombre y aceptarlo como nuestro mesías salvador de la humanidad.

P. Vidal Rivas