- En este domingo décimo cuarto después de Pentecostés, la Palabra de Dios nos lleva a tomar mayor conciencia, de como tenemos que vivir como cristianos, con el poder para transformar nuestro entorno y no volvernos ciegos a las necesidades de nuestros seres queridos.
- Nos encontramos nuevamente a las puertas de una nueva recesión económica a nivel mundial, donde los pobres siempre son los que se afectan de una manera cruel.
- Nuestros hermanos inmigrantes siguen sufriendo en medio de leyes que solo favorecen a los que hacen el mal en nuestros hogares.
- Con respecto al tema que esta de moda, como es la Evacuación del país ocupado por las fuerzas de la coalición es muy triste y vergonzoso de ver como por 20 años han llevado muerte y destrucción y han dejado un país hundido en la miseria y todavía son otros países los que tienen que recibir los refugiados, siendo otros los criminales y ladrones que han saqueado, pero esto debe de cambiar con mejores cristianos que seamos luz en medio de este mundo de tinieblas.
1- Lectura del Libro del Deuteronomio 4:1-2,6-9
- Moisés como el líder religioso del pueblo a quien gobierna y conduce por el camino hacia la tierra prometida, pone en los labios de Dios las normas que le va a entregar a este pueblo que es tan duro y terco en el querer hacer la voluntad de Dios.
- Le hace ver que no va añadir, ni quitar nada de lo que se le enseñe, y este es un concepto equivocado que algunos grupos o personas sin mayor formación mal interpretan y lo toman a nivel literal en la interpretación de la Palabra de Dios. Porque una cosa es saber guardar los mandamientos que Dios nos ha señalado a cada uno en su Ley, que las reglas que nosotros mismo hemos creado.
- Se hace ver que el guardar las reglas y si se practican, además de pasar por sabios e inteligentes, la gente lo admirará por las bendiciones de Dios que le dará a cada uno de los que forman este pueblo que será tan grande y respetado. Y por otro lado llamará la atención como un pueblo religioso y respetado, porque él respeta a Dios.
- Cuando se esta hablando de cumplir las leyes se hace énfasis de cuidarlas, y velar que se cumplan desde nuestro interior que es lo que Dios valora, no es tanto para que el mundo nos vea, sino el ser de la fidelidad donde solo Dios puede ver.
2- Lectura de la Carta del Apóstol Santiago 1:17-27
- El Apóstol Santiago, desde la visión de Dios nos dice lo siguiente: “Son las cosas buenas y los dones perfectos los que proceden de lo alto y descienden del Padre que es luz”. Y es que solo en é les que el ser humano puede alcanzar la plenitud y su realización verdadera.
- “Hermanos muy queridos, sean prontos para escuchar, pero lentos para hablar y enojarse, pues la ira del hombre no realiza la justicia de Dios. Por eso, rechacen la impureza y los excesos del mal y reciban con sencillez la palabra sembrada en ustedes, que tiene poder para salvarlos”. Es esta palabra que nos presenta Santiago que nos cuesta entender y poder en práctica, somos en verdad muy ligeritos para hablar sin pensar mucho ni meditar y nos cuesta saber escuchar y ser lo suficientemente humildes para realizar la obra de Dios en nosotros, y eso es lo que nos lleva a muchos errores que cometemos a diario o durante nuestra vida, nos hace falta ser prudentes y actuar con sabiduría.
- Santiago quiere n verdad que seamos verdaderos seguidores y cumplidores de la Palabra de Dios y es por eso que nos dice lo siguiente: “Pongan por obra lo que dice la Palabra y no se conformen con oírla, pues se engañarían a sí mismos. El que escucha la Palabra y no la práctica es como aquel hombre que se miraba en el espejo, pero apenas se miraba, se iba y se olvidaba de cómo era. Todo lo contrario, el que fija su atención en la ley perfecta de la libertad y persevera en ella, no como creyente olvidadizo, sino como activo cumplidor; éste será dichoso al practicarla”. Usted y yo dónde nos clasificamos, somos cumplidores o somos del montón por lo que el mundo no cambia, porque escuchamos y no cambiamos.
- “Si alguno se cree muy religioso, pero no refrena su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no vale”. Muchos de nosotros violamos con frecuencia el octavo Mandamiento, que es no levantar falsos testimonio ni mentir. Hay muchas veces que nosotros sin tener pruebas caemos en la crítica destructiva de los otros y nos pasamos que somos muy confidentes, que somos como una tumba, pero no decimos que somos tumba vacía y que apestamos con lo que decimos y nos cuesta dominarnos, necesitamos a prender a ser dueños de nosotros mismos y algunas veces hasta caemos en exageraciones y decimos aquí entre nosotros, esto nadie lo sabe y lo vamos pregonando por otras partes. No, no podemos seguir así, hay que frenar la lengua.
- El mismo Santiago nos hace ver cual es la verdadera religión que agrada a Dios y que todo creyente debe de practicar, y es por eso que nos dice: “La religión verdadera y perfecta ante Dios, nuestro Padre, consiste en esto: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus necesidades y no contaminarse con la corrupción de este mundo”. Si esto fuera lo que cumpliéramos nuestra religión tuviera rostro, lo que sucede es que la hemos espiritualizado y se nos olvida lo que Jesús nos mando hacer y estamos cayendo en el materialismo que profesa el racista de Donal Trump al cual nosotros no debemos fomentar.
3- Sto. Ev. Ntro. Sr. Jesucristo Según Sn. Mc 7:1-8,14-15,21-23
- Dios cuando se le aparece a Moisés en el monte Sinaí, le entrega las tablas de la Ley con los que llamamos los Diez Mandamientos, que luego los Maestros de la Ley, junto con los Fariseos van a alterar haciendo 618 normativas, lo que sucede con las constituciones políticas de nuestros países tienen unos cuantos artículos y de estos se derivan varias sub reglas, lo mismo que sucede en la vida de las reglas de urbanidad, de Buenos modales, o lo que se llama relaciones humanas, que depende el grado de formación que usted tenga, así es como usted va haber la vida. Hay muchos que hemos sido educados en las instituciones, como pelar una naranja, el como comer una manzana, el como comer un pescado, el como usar tener tenedor y cuchara, el que vino tomar y tantas otras cosas, pero por esto no quiere decir que los que nunca recibieron esa educación no están educados, o les falta cultura, cada uno de acuerdo a sus medio o su entorno social es así como se responde en la vida.
- Cristo que no tenía ningún complejo, no vivía del que dirán y sabía que no eran las reglas humanas las que nos hacen más dignos, si con manos limpias, si con guantes o con otras reglas humanas se vive mejor, porque sabe que eso viene de los hombres, pero los fariseos, que están al asecho de Cristo lo van a interpelar haciéndole la siguiente pregunta: “¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de los ancianos, sino que comen con manos impuras?”
- Jesucristo que no vive para quedar bien con nadie y que conoce mejor que ellos la vida de la sociedad les va a contestar a los maestros de la Ley junto a los Fariseos: “¡Que bien salvan ustedes las apariencias! Con justa razón profetizó de ustedes Isaías cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden de nada sirve; las doctrinas que enseñan no son más que mandatos de hombres. Ustedes descuidan el mandamiento de Dios por aferrarse a tradiciones de hombres.” Y hoy en la actualidad lo mismo sucede con ciertas Iglesias, viven defendiendo normas tan dañinas que destruyen y alejan a las personas que en lugar de tener fe y temor reverencial a Dios le tienen miedo, porque todavía desconocen al Dios vivo manifestado en Cristo Jesús.
- Jesucristo como el gran Maestro, el verdadero Señor, que es la normativa de vida para todo creyente nos dice lo siente: “Escúchenme todos y traten de entender. Ninguna cosa que de fuera entra en la persona puede hacerla impura; lo que hace impura a una persona es lo que sale de ella. Los pensamientos malos salen de dentro, del corazón: de ahí proceden la inmoralidad matrimonial, codicia, maldad, vida viciosa, envidia, injuria, orgullo y falta de sentido moral. Todas estas maldades salen de dentro y hacen impura a la persona.”
P. Vidal Rivas