REFLEXION DOMINICAL, 19 DE SEPTIEMBRE, 2021

- Nos encontramos en el décimo séptimo domingo, luego de Pentecostés, en medio de tantas situaciones incómodas que vivimos los inmigrantes y viendo las intrigas de las súper potencias, todo por pelearse la hegemonía mundial, como dominar el universo, en lo político, militar y sobre todo en lo económico; mientras las masas de los pobres siguen adormecidos por una religión que se aleja de la realidad y se casa con el poder.

- Un día Cristo nos dijo que fuéramos: ‘Sal, luz y fermento’. Y todo este mundo no cambia, porque la inmensa mayoría de los cristianos, no somos ni lo uno ni lo otro y ya es tiempo de que cumplamos con nuestra misión, para rescatar este mundo de las manos de los violentos, de los perversos, que solo le interesa sus ganancias.

- La vida de fe nos proyecta en una mayor seguridad, pero cuando no tenemos esa fe, que es vida, fuerza e inspiración para seguir en nuestro diario vivir, perdemos la luz.

- Nosotros como parroquia de San Mateo nos encontramos celebrando nuestra fiesta Patronal del Apóstol Mateo, y como parroquia estamos tan llenos de júbilo tratando de ser pregoneros de la verdad y presentar un Cristo humano y sencillo.