REFLEXION DOMINICAL, 27 DE NOVIEMBRE, 2016

 - NOTICIA QUE IMPACTA AL MUNDO: FIDEL CASTRO MUERE A NIVEL FISICO A ESTE MUNDO, PERO NACE A LA VIDA DE DIOS, DE DONDE HABIA SALIDO PARA ESTAR CON NOSOTROS: Muchos, que nunca entendieron lo que es la lucha, y el saber la vida de la solidaridad, estarán contentos, pero los que saben, lo que es el dolor, la explotación, la marginación, el tener vocación por la lucha de la justicia, y la dignidad de los pueblos, vieron en él ese hombre inspirador que Dios nos dio como regalo, y que tanto los países tercer mundistas hoy tienen su líderes comprometidos, Dios te tenga en su santo seno de amor y gloria. 

- Hoy es primer domingo de Adviento, estamos iniciando el año Litúrgico de la iglesia, Ciclo A, donde meditaremos en gran medida el Evangelio de Mateo.

 - El tiempo de Adviento, comenzamos a tener un poco de preparación en torno a la meditación de la Palabra, de Dios, y lo mismo que se prepara una madre, cuando esta embarazada, ella cuida su comida, dormida, medicamentos y otras cosas, que solo piensa en el niño que va a tener; de la misma manera nosotros debemos de prepararnos bien y estar listos al nacimiento del Niño Jesús, y si en verdad vamos a tener una viva navidad en Cristo.
 
- Que al igual que nos preparamos para la celebración de la Navidad, también nos preparemos para tener un verdadero encuentro con Cristo, el Señor de la existencia y sea su Espíritu Santo que ilumine al equipo que prepara el gabinete del nuevo gobierno de los Estados Unidos, para que ponga personas idóneas en el bien de la justicia.

 1) Lectura del Profeta Isaías 2:1-5

- El profeta Isaías nos presenta el templo como lugar de encuentro con Dios, el templo es importante porque ahí se manifiesta Dios y se enseña de El al mundo entero, ya que vendrán de todas partes del mundo, no habrá diferencia de nación, ni lengua, porque la salvación es para todo el que busque a Dios. Además se nos hace ver el monte, el más alto, lo cual no solo era lugar que los paganos tenían como lugar de encuentro de Dios, sino también hoy el pueblo de Dios lo asume como parte de su espiritualidad, es una manera de enseñarnos a valorar lo que otras culturas nos ofrecen.

 - El profeta nos hace entender que estos pueblos a encontrarse con Dios van a ser diferentes y por eso nos dice lo siguiente: “Ellos convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro ni recibir instrucción para la guerra. ¡Vamos, pueblo de Jacob, caminemos a la luz del Señor”. 

- Cuando nos encontramos con la realidad opuesta que los países desarrollados, las Súper potencias, gastan más en armas de destrucción y a diario vemos como las grandes naciones gastan en barcos misiles, aviones y tantas otras cosas que tendrían que desaparecer en el mundo de la nueva civilización del amor. No se puede concebir como es que se busca esas armas que solo infunden miedo y dan muerte al ser humano. Cuando veo a estos países, sobre todo al recordar algunos obispos o sacerdotes promoviendo guerras fraticidas, también pidiendo con falsas oraciones las bendiciones a los barcos de guerra, aviones y armas. Con toda esta mal enseñanza no se ha dado a conocer al Dios vivo, y cuando estos países se comportan de esta manera, todo los que predicamos sea de la iglesia que sea tenemos que examinarnos que clase de enseñanza es la que damos, porque si enseñamos al Dios vivo de la Biblia no tendríamos esta situación en el mundo.

 2) Lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos 13:11-14

 - San Pablo nos recuerda el amor de Dios con estas palabras: “Ama a tu prójimo como a ti mismo, El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la Ley”. En realidad ese mandamiento siempre nuevo que Cristo nos entregó seguimos sin ponerlo en práctica, porque el mundo se ha deshumanizado, vemos intrigas, guerras, odios, toda clase de vicios, porque no amamos a Dios ni nos amamos entre nosotros mismos como Dios nos manda.

 - En la vida de fe, no se puede decir yo amo a Dios y no se ama a el hermano o sea nuestro semejante, somos hipócritas, mentirosos, si no nos amamos nosotros mismos, como vamos a amar a Dios la que no vemos, seamos realistas. 

3) Evangelio de San Mateo 24:36-44 

- Cuando Cristo les habla a sus discípulos del último día, todos se asombran y entran en miedo, como le sucede a la mayoría de los que decimos llamarnos cristianos, porque no estamos preparados y queremos saber cuándo será el juicio final y el final de nuestras vidas para comenzar a pedir perdón y buscar cómo cambiar nuestra mala vida que llevamos. 

- Cristo nos hace ver, que hay que llevar la vida normal, porque cuando menos lo esperemos llegará el día final, nos pasará como el día del diluvio, cuando nadie lo esperaba llegó; y así nos pasará hoy; por lo tanto debemos de vivir nuestra vida normal, sabiendo que de Dios venimos y hacia El regresamos.

 - Lo que Jesucristo como verdadero maestro nos enseña es: “Manténgase ustedes despiertos, porque no saben a qué hora va a venir su Señor.” En realidad lo que Cristo nos enseña es la fidelidad, y por fe, se tiene la verdadera confianza en Dios, y como vamos a aprender a amar como Dios nos manda, ya no tendremos miedo, estaremos preparados, para el día y la hora que Dios elija el convocarnos a su mesa, solo hay que saber que vamos a su banquete y debemos de estar con el traje limpio y bien preparados, sin vivir con miedo y nerviosos, sino seguros de que El es nuestro Padre que nos invita a estar vigilantes en la verdadera fidelidad a creador y Señor nuestro.
 
- Hoy hemos iniciado el primer domingo de Adviento, este lindo y bello tiempo de cuatro semanas que nos prepara antes de la navidad, que nos va a estar invitando, no como lo hace el Capitalismo que nos deshumaniza y nos lleva a idolatrar el consumismo endiosándolo con tantas ofertas y pensamos que la navidad es gastar y gastar; menos nos damos cuenta que por ver cosas superfluas no vemos al Cristo que nos pobre que surge en medio de los pobres. 

- Que pasen un feliz domingo llenos del amor maravilloso de Dios y sabiendo que debemos de ser fieles y permanecer en plena confianza en el Señor Jesús.

(P. Vidal Rivas)