REFLEXION DOMINICAL, 23 DE ABRIL, 2017

- Tenemos ha penas 8 días que hemos celebrado la Semana Santa, que en ella hayamos vivido a plenitud nuestro cristianismo y hayamos hecho que otros indiferente o un poco fríos se sientan motivados a seguir a ese Cristo vivo.

- Nos encontramos en el segundo domingo de Pascua, donde la Palabra de Dios en medio de tantas situaciones de indiferencias, con tintes de guerra, por las ambiciones de los seres humanos y la falta del amor y el respeto, porque no hemos aprendido la civilización del amor y por más que hablamos de descubrimientos, más nos alejamos de la humanidad.

1) Lectura del Libro de Hechos de los Apóstoles 2:14.22-32

- Pedro, luego que ha recibido el Espíritu Santo, no teme a nadie, sino como un verdadero líder se poner al frente y anuncia y denuncia con tanta claridad y naturalidad, y les presenta al Jesús de Nazaret, por quién Dios ha obrado grandes maravillas, para bien de todos los seres humanos.

- El Cristo enviado por Dios, sólo hizo el bien, haciendo la voluntad de Dios Padre y en medio de eso fue condenado a muerte por manos de los malvados, o sea el poder político de su tiempo, como hoy hay países que se creen buenos y ponen leyes que matan a los débiles; pero este Cristo no ha sido dominado por el poder de la muerte, sino que él la ha vencido, para darnos vida y vida en abundancia.

- El rey David, que es tan grande y vital, para el pueblo de Israel, no tuvo la suerte y la dicha de vivir eternamente, mientras que Cristo que es su descendiente ha vencido la muerte y con razón David, ya veía que la muerte no era el final de la vida. Pedro con la alegría de haber participado en la llamada que Jesús le hizo para su discipulado, luego haber vito a él en la cruz y verlo en la tumba y luego resucitado y ascender, hoy tiene toda la claridad pro la fuerza del Espíritu Santo.

2) Lectura de la primera carta de San Pedro 1:3-9

- El mismo Pedro nos dice lo siguiente: “Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo”. Es que en realidad, la vida de la pascua cambia toda la visión que se tenía de la vida, ya no hay porque pensar que la muerte es el final, sino que solo es un paso, como la semilla que cae en tierra y luego germina, o como la lluvia que cae y luego se evapora para darnos nuevamente vida.

- San Pedro nos enseña que tenemos que vivir muy llenos de alegría, con fe y confianza en el señor, pero eso no quiere decir que no tengamos que ser probados, como el oro en el crisol para ver qué clase de cristianos somos y como vivimos esa llamada y vida en el Señor, o es que solo somos apariencia de que tenemos fe y cuando vienen las pruebas sucumbimos y abandonamos la causa del Señor.

3) Santo Evangelio de San Juan 20:19-31

- Los discípulos como cualquier ser humano cuando no tiene la claridad de su identidad y no ha entendido su misión tiende a reguardarse, necesita protección, porque tiene miedo a la muerte; y mientras ellos estaban encerrados con miedo, Cristo sin abrir ningún boquete entra y se para enfrente de ellos y les dice: “La paz sea con ustedes”, y es que necesitaban mucha paz, no podían entender lo que ha pasado, no pueden comprender su capacidad intelectual y tanto sus pensamientos como emociones no alcanzan a comprender la grandeza de Dios y Cristo tiene que darles de nuevo al paz que solo él puede dar y se les muestra demás tal y como es.

- Jesús al encontrar tanta timidez e inseguridad en sus discípulos les vuelve a decir, la paz sea con ustedes, es que cuando uno pierde la paz, y ha puesto su confianza en las cosas superficiales es muy difícil ver a Dios en medio de las tinieblas o adversidades. Además Jesús les dice que reciban el Espíritu Santo y al momento de compartir ese Espíritu Divino, que solo lo da luego de resucitar, los envía al igual que él había sido enviado y además de proclamar podrán perdonar pecados que no sólo es una acción de los apóstoles, sino que se va extender a todos los que se dejan guiar por la gracia del Espíritu Santo y podrán compartir la paz.

- El apóstol Tomás no estaba con ellos, y al contarle lo que han visto y vivido con la resurrección de Jesús, él expresa, que no lo cree hasta que él lo viva y lo palpe, y es por eso que a los ocho días después que Cristo se les aparece estando en las mismas condiciones. Cristo al entrar vuelve a saludar y a decirles: La Paz sea con ustedes, y es que habían perdido la paz, como hoy los grandes gobiernos del mundo y los falsos legisladores que solo buscan como entablar una guerra de grandes magnitudes, todo por no tener paz en sus almas y sus corazones están llenos de ambiciones y resentimientos.

- Cristo luego de sanar a sus discípulos de los conflictos internos que estaban viviendo en su sosobra interna, le invita a Tomás que está perplejo a que se acerque a él, que vea sus manos, que meta su dedo y su mano en su costado, y que no sea incrédulo sino un creyente; y en este instante Tomás cae a sus pies diciendo: Señor mío y Dios mío”, como lo repiten en muchas iglesias, con la misma falta de vivencia de la fe de Tomás y no la fe viva en Cristo Jesús.

- Hoy en este domingo histórico se está dando un proceso de canonización a una velocidad increíble de alguien, que fue visto en el momento de la explosión de los medios, pero que no creo que en la Historia se valorice como hoy se manipula la fe, imponiendo a alguien que condenó a los que estaban luchando por los pobres, que bendijo a los capitalistas que lo han llevado a los altares, que cubrió a los sacerdotes destructores de la pureza de los niños; mientras que se tardó tanto en reconocer la santidad del papa bueno y a los verdaderos pastores, que han sido martirizados se les ignora por causas que no les conviene a los del poder. Dios nos de su gracia de la fidelidad y nos veamos llamados a la santidad que es de todos y para todos.

P. Vidal Rivas