- Nos encontramos celebrando la gran solemnidad del Domingo de Pentecostés, que son cincuenta días después de la Pascua.
- Como ya sabemos bien, la fiesta de Pentecostés, ya existía como fiesta judía y se celebraba con mucha pasión y entrega antes de que llegara Cristo. Luego que Jesucristo a muerto, resucitado y ascendido al cielo, en la celebración del Pentecostés, que era una gran romería donde venían personas de varias partes del mundo, y mientras los apóstoles están orando el Espíritu Santo viene a los apóstoles y el grupo que está con ellos en oración; mientras el pueblo sólo escucha el ruido de lo que pasa y no saben que es lo que sucede, la gracia de Dios obra en bien de todos.
- Nos encontramos a las puertas de un gran desastre contra nuestra madre naturaleza, porque no la estamos cuidando como es el caso de lo que ha hecho el mandatario Norteamericano apartándose del acuerdo de Paris, todo por arrogancia, el pensar que son los únicos poderosos del mundo que pueden hacer y deshacer y es que se les olvida que compartimos el mismo suelo, la misma patria y el mismo destino. Se necesita un Pentecostés que ilumine e integre a todos los pueblos y hablemos el mismo lenguaje. Son 195 países que están en el acuerdo, mientras el señor Danald se retira, como si fuera el solo el que vive en el planeta…
1) Lectura del Libro de Hecho de los Apóstoles 2:1-11
- El pueblo judío está de fiesta total, y en plena fiesta, mientras todos gozan en familia, en las plazas, los apóstoles están el Cenáculo orando junto con muchas mujeres, alrededor de 120 personas, y también hay otras personas religiosas que han venido a esta fiesta y están el templo cumpliendo con sus tradiciones y rezos.
- Solo los apóstoles y las mujeres como las otras personas que les acompañan en el Cenáculo en oración reciben el Espíritu Santo y ven como él se posa sobre sus cabezas en forma de llamas de fuego. Este día no fue exclusivo de los apóstoles sino de todos los que oran en plena confianza a Dios, según este libro de Hechos de los Apóstoles.
- Al recibir el Espíritu Santo, los Apóstoles y los acompañantes, abren las puertas de la casa de oración, se les quita el miedo, los complejos, la frialdad, los temores y se internan en medio de la comunidad en el lugar de reuniones del pueblo, ya no están en cerrados, viendo a los otros como paganos, alejados de Dios, sino que van a su encuentro y les van a hablar de las maravillas de Dios, para con todos los seres creados. Lo maravilloso y asombroso del caso es que hay personas de varias nacionalidades del mundo y todos escuchan en su misma lengua nativa, y desde el amor maravilloso de Dios se gozan, no entienden lo que pasan, pero lo viven y lo disfrutan el gran acontecimiento sin igual.
- Hoy en la actualidad necesitamos un nuevo Pentecostés, para que todas las razas de los pueblos nos veamos como hermanos y hermanas, sabiendo que tenemos un mismo origen y un mismo destino Dios nuestro Padre, que la lengua común debe ser el Evangelio del amor, para que todos vivamos en libertad, respeto, con derechos y deberes, sin abusar nadie del otro.
2) Lectura de Primera Carta de Pablo a los Corintios 12:4-13
- Es tan maravilloso saber que Dios es amor y su amor es infinito que no se reserva nada para sí, sino que nos da su gracia infinita y la sabiduría que nos da la vida, no el engaño que recibió Adán y Eva pro parte del maligno cuando les dijo que comieran que iban a saber todo cuanto quisieran y todavía siguen esperando ese saber los que confían en el mal; mientras el Espíritu de la verdad se hace presente en los que creen en el Hijo de Dios y lo han aceptado como su Señor y Salvador.
- Quiero compartir un texto literal de Pablo de esta lectura, para que todos entendamos la grandeza de Dios, que no tiene preferencias de religión, ni mucho menos de iglesias particulares; sino que él obra todo para todos: “Una persona puede recibir diferentes dones, pero el que los concede es un mismo Espíritu. Hay diferentes maneras de servir, pero todas por encargo de un mismo Señor. Y hay diferentes poderes para actuar, pero es un mismo Dios el que lo hace todo en todos. Dios da a cada uno alguna prueba de su presencia del Espíritu, para provecho de todos. Pero todas estas cosas las hace el único y mismo Espíritu, dando a cada persona lo que mejor le parece. El cuerpo humano, aunque está formado por muchas partes es un solo cuerpo. Así también Cristo. Y de la misma manera, todos nosotros judíos, esclavos o libres, fuimos bautizados para formar un solo cuerpo por medio de un solo Espíritu; y a todos se nos dio a beber de ese mismo Espíritu.”
3) Santo Evangelio de San Juan 20:19-23
- Los discípulos están reunidos por miedo, no saben que Jesús ya ha resucitado, y estando con las puertas cerradas Jesús entró al lugar y se puso en medio de ellos, y les saludó de la siguiente manera: ¡La Paz a ustedes!
- Jesús, el Mesías resucitado no tiene barrera que lo detenga, sino al contrario, hoy se hace presente en medio de la confusión y temor de sus seguidores, y además de darles la paz que tanto la necesitan, como la necesitamos los del mundo de hoy, que es tan violento, lleno de tantas injusticias y desigualdades; como también la ambición de los imperialistas o súper potencias, que solo piensan en el poder de las armas, no el poder del amor.
- Cristo al decirles nuevamente, que reciban la paz, que se llenen de paz de que vivan en paz, y hagan las cosas en paz, les muestra las manos y el costado, todo esto significa lo que hacen los sistemas de poderes opresores, sistemas que no viven en paz y su fuerza es el dominio de los otros y tenerlos como súbditos a su antojo.
- Sólo necesitamos vivir el nuevo Pentecostés, de integración, de unidad, de búsqueda de la verdad; sin rivalidades, ni envidias, todo por amor, erradicando tolo lo que divide, y haciendo lo que nos manda el Señor, de ser unos; pero sobre todo en el entendimiento y el respeto, sabiendo que somos una sola familia que alaba a Dios y le sirve.
- También Jesús, que tiene el poder para enviar, les dice a ellos, al igual que mi padre me envió a mí, así los envío yo a ustedes; y reciban el Espíritu Santo”. En realidad hoy en la celebración de Pentecostés, no es tanto que celebremos el nacimiento de la Iglesia; sino que veamos el poder maravilloso de Dios, dado a los hombres en medio de sus debilidades, y su poder es tan grande que no se lo reserva, sino que lo comparte con amor salvífico. Por lo tanto tratemos todos los que creemos en Cristo de vivir un verdadero Pentecostés en el amor de Jesucristo. Feliz domingo de Pentecostés.
P. Vidal Rivas