REFLEXION DOMINICAL, 9 DE JUNIO, 2019

- Hoy es la fiesta de Pentecostés, día tan solemne, donde la gracia de Dios se manifiesta en iluminar y fortalecer a los discípulos, para que abran las puertas, salgan a las calles y anuncien las buenas nuevas de Dios y no piensen que solo ellos tienen la salvación que es para todos.

- Todos nos encontramos de fiesta, por celebrar, Pentecostés. Dios ha enviado su Espíritu Santo a la humanidad, no ha un grupo de selectos sino a todos los pueblos, para que seamos sus discípulos. El ha dado el don de lenguas, no para que se comunique de manera egoísta y equivocada, sino para que todo aquel que los escuche se llene de Dios y pueda salvarse.

- Que esta fiesta de Pentecostés nos lleve a un verdadero entendimiento, que dejemos las divisiones, religiosas, políticas, que ya no hayan guerras entre nosotros, aranceles que hagan daño a los países pobres, y todos como una familia encontremos la verdad en Cristo.

1) Lectura del Libro de Hechos de los Apóstoles 2:1-21

- La lectura nos narra que ya existe la fiesta de pentecostés, que es una fiesta judía, como una romería, donde viene gente de muchos pueblos a celebrar, tanto la parte religiosa, como la parte festiva en la calle y el comercio; pero la lectura nos dice que los creyentes estaban reunidos en un mismo lugar, en otras palabras, están orando, alabando y glorificando a Dios.

- Los que están en oración son un poco más de 120 personas, en su mayoría mujeres, y no se excluye a nadie de recibir el Espíritu Santo, por lo tanto, no solo vino sobre la Virgen María y los Apóstoles; por eso mismo Pedro va a llegar a decir que Dios no hace diferencia alguna, sino que santifica a todo aquel que le reconoce como Señor y le sigue sin importar lengua, pueblo o religión; porque Dios es padre de todos.

- La comunidad entera no haya que hacer al escuchar el ruido de la venida del Espíritu Santo; pero todos caminan al centro de la ciudad, tanto los que oran que han recibido el Espíritu Santo, como los que estaban en la fiesta de la calle. Al estar todos reunidos los apóstoles comienzan a hablar de Dios en las lenguas respectivas de cada uno de los presentes, ellos están perplejos, maravillados, de cómo puede ser todo esto, si estas personas son humildes campesinos sin estudio, no ven con probabilidad a los galileos que ven de menos clase, como el día de hoy que unos se consideran mejores que otros; pero es Dios el que obra en la gente sencilla como lo dijo la Virgen María cuando visitó a su prima Isabel.

- Con el Espíritu Santo, la vida de Pedro ha cambiado totalmente, él antes lo había negado a Cristo delante de la sirvienta por tres ocasiones, y hoy el miedo ha desaparecido, y en medio del público se para con valentía, con pleno convencimiento y conocimiento de quién es Jesús, del poder de Dios que obra en ellos. Todo lo hace con fe, alegría, Dios está obrando en él.

- Cuando la gente humilde admira a los apóstoles de cómo son sencillos y como Dios obra por medio de ellos, los judíos, lo letrados se ríen de ellos y se burlan, como pasa con las dos caras de la vida; y para eso es que debemos vivir preparados, y es por eso que Pedro les va a decir dos argumentos, son las nueve de la mañana y no podemos estar borrachos, sino que esto es obra del Espíritu de Dios que se anunciaba en el profeta Joél, que todo mortal recibiría el Espíritu.

2) Lectura de la Carta de Pablo a los Romanos 8:14-17

- Hoy Pablo nos dice: “Todos los que guía el Espíritu de Dios son los hijos e hijas de Dios. Entonces no vuelvan al miedo; ustedes no recibieron un espíritu de esclavos, sino el espíritu propio de los hijos, que nos permite gritar: ¡Abba!, o sea: ¡Padre! El Espíritu asegura a nuestro espíritu que somos hijo de Dios. Siendo hijos somos herederos”. No tenemos porque temer, solo hay que confiar que todos somos hijas e hijos del mismo Padre que nos ama a todos por igual y que si cumplimos su santa voluntad recibiremos su gloria.

- Con la claridad que tiene San Pablo nos hace ver, que si en verdad nos sentimos parte del compromiso de Cristo, si con él hemos sido fieles a nuestra misión y hemos padecido los sufrimientos como él lo vivió en el camino de la Cruz, también nosotros gozaremos de la gloria eterna que nunca termina.

- San Pablo hace referencia, que tanto el mundo entero, como nuestro ser interior gime esperando la redención total, o sea la transformación, como lo que sucede con Cristo en la transfiguración, y es que por el pecado nos hemos desfigurado y también hemos dañado la creación de Dios por nuestros egoísmos y caprichos.

3) Santo Evangelio según San Juan 14:8-17,25-27

- Felipe, como muchos cristianos, que se fanatizan y que no entienden el verdadero seguimiento de Cristo, ni saben lo que es tener fe con confianza caen en el error de él de pedir apariciones y viven de ese mundo sin entrar mayores dimensiones, de transformación y seguimiento. Y es que el que tiene a Cristo, tiene al Padre y al Hijo, o sea en otras palabras se vive en Dios y para Dios.

- También Jesús nos hace ver que el cree en él tiene fe, verdadera confianza en su Palabra, le es fiel, sabe esperar, porque su Palabra es fiel y viva; y si le cree hará obras semejantes e incluso mayores; pero también le cumplirá los mandamientos, porque ama a ese Hijo de Dios que es vida, para todo el que le cree.

- Cuando venga el Espíritu Santo, que es el que les va fortalecer, a clarificar, todo cuanto les he enseñado, el vendrá de parte del Padre y no les va a enseñar nada nuevo, sino como testigo les dará testimonio de mi, y ustedes aprenderán a ser también mis testigos donde quiera que se encuentres, esto significa que el Espíritu Santo lo necesita la iglesia entera, para que demos testimonio, como lo hizo el obispo Romero, que en medio de la adversidad, oposición de los que vivían casados con el poder, él nunca cedió, porque sabía lo que era ser testigo de la verdad.

- Jesús les dice, hoy yo me voy y les estoy preparando para que reciban al Espíritu Santo, por eso no deben de ponerse tristes, porque el nos fortalecerá, será nuestro protector, en realidad, Jesús nos deja cubiertos por su gracia, sabe que sin el Espíritu nuestra vida no tiene sentido.

- Jesús nos hace ver que cuando venga el Espíritu Santo, nos va a enseñar que es lo bueno en el mundo y que es lo que nos aleja de Dios, que nosotros mismos hemos creado; además el Espíritu nos enseñará como es luchar por la justicia y saber hacer juicios de bien, por lo que concluimos que la gente que obra la injusticia y los que la avalan, no tienen el espíritu de Dios.

- Cristo, nos repite otra vez, que la paz que él da no viene de hombre alguno ni se conseguir con cese de armas, sino viene de Dios, que es una gracia, basada en la justicia y en la verdad, para vivir como hijos e hijas de Dios.

- Cuando Jesús nos dice que el Espíritu nos revelará todo, y que no enseñara nada nuevo y que tampoco trae nada en si mismo para darnos como suyo, es porque en realidad hay una verdadera comunión y los tres participan de la misión de cada una de las tres personas de la Trinidad. Dios es Dios y nuestro ser es un creatura, que solo alcanza su máxima realización en la presencia de Dios y con ese Dios inspirador.

- Corto de una homilía de Monseñor Romero: LA IGLESIA NO ESTA EN LA TIERRA PARA PRIVILEGIOS: “Yo quisiera que subrayáramos mucho esta gran enseñanza, porque la iglesia no está en la tierra para privilegios, para apoyarse en el poder o en la riqueza, para congraciarse con los grandes del mundo. La iglesia no está ni siquiera para exigir grandes templos materiales o monumentos. La iglesia no está en la tierra para enseñar sabiduría de la tierra. La iglesia es el reino de Dios que nos está dando precisamente esto: filiación divina” (Homilía 30 de julio de 1978, V p.97)

- Que todos nos gocemos en la presencia de Dios, siendo sus testigos en nuestra familia, templo, lugar de trabajo, lugares de diversión o sea que en todas partes demos testimonio de su amor. Que pasen un maravilloso día de Pentecostés ungidos por el Espíritu Santo.

P. Vidal Rivas