- Hoy nos encontramos en el quinto domingo, después de Pentecostés, y en esta celebración, la Palabra nos invita a tener confianza en Dios, no depender de lo que ofrece el mundo, sino al contrario saber descubrir la grandeza de ese amor maravilloso de Dios.
- Cuando los seres humanos descubrimos la grandeza de Dios, que todo es obra de sus manos, de todo cuanto existe es para bien nuestro, y que tanto naturaleza entera y el ser humano en comunión podamos glorificar a Dios y recibir de él sus bendiciones.
- Que la diversión de la Copa América y la Eurocopa no nos distraiga de las realidades que vive el pueblo inmigrante, de ser humillado y perseguido, que ya no haya separación de familia.
- El ayuno que iniciamos, las iglesias, las organizaciones sin fines de lucro, los sindicatos, hemos logrado despertar un poco de conciencia y solidaridad y en muchas personas y en varios congresistas que nos han visitado en el lugar del ayuno han recibido una inspiración y yo como ministro me siento mucho mas sensible y comprometido con este pueblo que se le llama esencial y no se le reconoce con el camino a la ciudadanía; mientras en el mundo de las competencias, siempre se le da una mellada a los héroes; mientras en este pías a nuestros trabajadores esenciales no se les legaliza que es lo mínimo que se puede hacer.