REFLEXION DOMINICAL, 14 DE AGOSTO, 2016

Nos encontramos en la gran fiesta de los Juego Olímpicos en Brazil, donde hay cantidad de atletas participando de varios países del mundo, donde gozan muchos y otros lloran, lo importante de esto es ver como los atletas se esfuerzan, por ganar una medalla que saca lágrimas y cuantos vamos por el mundo pasando inádvertida la vida de fe para nuestra salvación.

Hay que vivir la fe, bajo la entrega al Señor, sin miedos ni complejos, no buscando privilegios, sino haciendo la voluntad del Padre en la persona de Jesucristo, no importando ofrendar la vida.

1) Lectura del Profeta jeremías 23:23-29

El profeta Jeremías como mensajero de Dios que es, nos manifiesta, que sea que estemos cerca o lejos, Dios siempre es Dios, que a su presencia o a la esencia de El no hay quien escape a su grandeza, por eso no debemos de andar creyendo que a él lo engañamos.

Además él reclama de como hay cantidad de pastores, sacerdotes, profetas, que han encontrado una manera de vivir de la religión y usan la mentira, crean una manera espiritualista, de hacer dinero, de infundir miedo, de hacerle creer a la gente, que hablan con Dios, que tienen visiones, y lo que hacen es manipular al pueblo sencillo y noble, y a base de mentiras van llevando al adormecimiento a los adeptos y tenemos una religión que vivo lejos de la realidad.

Hoy es muy triste nuevamente encontrarnos con cantidad de ministros de la Palabra, que abusan de ella, se enriquecen, adormeciendo a masas de pueblo, donde familias enteras creen que esa manera de alabar a Dios es la correcto y no van al Evangelio, no se examinan en la persona de Jesucristo para ver si esa manera de enseñar, nos aleja de Dios, pero pensamos que espiritualizando y poniendo pecado en todas partes, viendo diablos en todas las esquinas creemos que eso es lo que agrada a Dios, y eso es no nada agradable a Dios.

2) Lectura de la carta a los Hebreos 11:29-12:2

La fe como la fuerza que viene de Dios, para darnos seguridad en lo que creemos, lo que esperamos, y lo que buscamos, por lo que nos movemos y vivimos la vida con esa pasión de saber que lo que vamos a alcanzar es posible dado la fe, como lo hizo el pueblo de Israel luchando por cuarenta años en el desierto y no se canso de caminar, como lo hacen los inmigrantes que salen de Africa, de Asia, y de cualquier parte del mundo para llegar a los Estados Unidos, creyendo que sus vidas serán mejores.

En la Biblia encontramos grandes mujeres de la fe, como; Tamar, Noemí, Ruth, Ester, Ana, Susana, y tantas más como en el nuevo Testamento, María Magdalena, María la Madre de Jesús, y los grandes que creyeron como San Pablo y tantos como Monseñor Romero, personas capaces de ofrendar sus vidas a Cristo por la causa del Evangelio, y hoy nos toca a nosotros ver hacia dónde vamos, como es que seguimos al Señor en verdad.

3) Santo Evangelio de San Lucas 12:49-56

“Yo he venido a prender fuego en el mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo.” En el Génesis 1 se nos habla de la luz, o sea el fuego, que ilumina, transforma y da calor, como también lo hace el solo iluminando; pero cuando lo vemos en el Nuevo Testamento a Cristo en San Juan i, que Cristo es la luz del mundo que alumbra a toda la humanidad y que debemos de ser luz también nosotros para dar claridad; lo mismo con la venida del Espíritu Santo, que viene para alumbrar a toda creatura, y sobre todo a enseñarnos a ver con la claridad que debe animar el mundo, sin miedo a vivir en el egoísmo, creyendo que somos los únicos.

El fuego de Dios, es vida, luz para que todos caminemos como en el día, de que nadie este solo, ni triste, sino lleno de vida, donde la justicia y la solidaridad son vida para todos, sin miedo a que nos marginen, sabiendo que el Padre Dios nos da su gracia y saber disfrutar las grandes maravillas para todos, sin excluir a nadie. Dios es Dios de Luz y nos refleja su gloria, para que de su gloria gocemos sus maravillas de vida.

Las tinieblas no pueden resistir a la luz, ni la mentira a la verdad, por eso cuando Cristo nos dice que él ha venido a prender fuego al mundo, y cómo quisiera que estuviera ardiendo, es porque el fuego no se puede estancar, y su palabra es fuego que quema, que devora, que purifica, y en la mayoría de los templos cristianos, por la ambigüedad de falsos pastores que habemos y que hemos hecho de la religión un buen modo de vivir como lo denuncia la primera lectura, donde se habla de los falsos pastores, y es porque no somos fieles a la palabra y si fuéramos fieles a ella ya hubiéramos hecho de este mundo un mundo de luz, donde no hubiera odio, rivalidades, envidias, desigualdades, injusticias, atropellos a los pobres.

Cristo cuando nos dijo que la luz se prende para alumbrar, iluminar a los de la caza, no para ponerla bajo la cama o la mesa. Qué haces tú cristiano mediocre diciendo yo no me puedo meter en la política o en la vida de la sociedad? En verdad vives en un mundo equivocado, porque mientras vivamos en este mundo estamos llamados a transformar este mundo en el mundo de la luz, para que sea bello como Dios lo hizo, que saquemos de la oscuridad a todos los que viven sometidos a esa situación y lo transformemos en mundo humano y fraterno.

Al hablarnos Jesús, que tiene una gran prueba, de que no ha venido a traer paz, sino violencia, no se esta refiriendo a las guerras entre las naciones, ni a las guerras civiles de las mismas naciones, ni guerras internas de rivalidades de familias, se refiere, a las divisiones por las convicciones y la opción fundamental de tu vida por Cristo, que no puedes ser alejo a las realidades de la tierra, que no puedes vivir una falsa religión solo de rezos, de novenas, de cantos, de vigilias, de retiros, sino encarnar el Evangelio en el mundo actual y la división surge de aquellos mediocres que se acomodan a un seguimiento a su propia conveniencia de Jesús y de esos hay grandes cantidades de personas, muchos grupos que dicen gozarse de las maravillas del Señor, que ya no son del mundo. Y en realidad nuestro origen es la Patria Celestial, pero debemos de ser esa luz que lleva la paz, que ilumina las injusticias, las opresiones, los crímenes, los robos, toda clase de oscuridad en la vida, como en la iglesia, porque también hay iglesias que necesitan ser iluminadas y vivir en paz.

Jesús nos llama hipócritas porque hablamos del tiempo, lo que viene, como va a suceder y nos expone, como es que hablamos de eso y no conocemos los signos de los tiempos en torno a la convivencia con Dios, con nosotros mismos, con la misma naturaleza que estamos contaminando y destruyendo pro tantas ambiciones.

Hay que ser fieles al fuego de Dios, dejémonos quemar, seamos purificados por ese fuego santo y de esa manera demos guerra a toda estructura del demonio que lleva división, miseria, para que la Paz de Dios reine y desaparezca el odio, con toda clase de ambiciones y donde todas las razas, religiones aprendamos el respeto y caminemos como una sola familia bajo la gracia del Padre Dios que nos ama a todos por igual. 

(P. Vidal Rivas)