- Hoy es cuarto domingo de Pascua, estamos a la mitad del tiempo pascual, tiempo tan alegre y lleno de vida. Todo es vida de alegría, donde el Aleluya es signo de transformación.
- El mundo sin Dios se aleja cada vez de él y se vuelven unos contra otros por no vernos partes del mismo todo, donde Dios es el mismo Creador y Señor.
1) Lectura del Libro de Hechos de los Apóstoles 2:42-47
- El libro de Hechos nos narra como el pueblo de Dios, o sea los primeros cristianos eran: “Asiduos a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones”. Hoy en día nos encontramos con muchos cristianos, sobre todo los de la denominación católica, sin importar a la rama que de la que formamos parte, cuando no se tiene un verdadero seguimiento a Cristo y no se está verdaderamente evangelizado, se deja a la iglesia, la comunidad de fe, por un partido de futbol, les enseñamos a los, que el día domingo, que significa el Día del señor, que el Señor no es importante, que es más importante pasar todo el día domingo en una cancha o en un parque. En realidad estamos materializando nuestra vida de fe, no sabemos lo que queremos y cuando tenemos conflictos, entonces acudimos al Señor. Se necesita en realidad examinar, que clase de cristiano soy, que tiempo le dedica a mi vida de comunidad, cuánto tiempo oramos, leemos la Biblia en familia y a nivel persona, no es vida el pasar sólo en los medios de distracción que nos alejan de Dios y de la realidad. Como cristianos tenemos que buscar la manera, como en realidad nos formamos, sacamos tiempo para talleres de capacitación, no podemos ser cristianos mediocres o de segunda clase.
- La comunidad que ha entendido el evangelio, que ha aceptado a Jesucristo como su Señor de la vida, que ha entendido que solo él es el camino, la verdad y la vida, y que nadie va al padre sin él, sabe que tiene que dedicar tiempo para estar con él, no le está regalando nada a él, es él quien te da la vida y cuanto tú tienes y eres, no camines equivocado y a ciegas, es tiempo de despertar y a aprender a caminar como Dios nos manda compartiendo su Palabra y buscando los hermanos necesitados, para compartir nuestro pan y velar por las necesidades de los otros, como si fueran nuestras.
- Cuando vivamos nuestro cristianismo con alegría, sencillez, entrega viva, manifestemos a Jesucristo, vamos a ser retratos de Cristo, vamos a hacer que otros se agreguen al cuerpo del Señor, pero cuando nosotros seamos anti testimonio, que solo vivimos de apariencias y no es Dios lo más importante para nosotros, entonces somos piedras de tropiezo.
2) Lectura de la Primera carta de San Pedro 2:19-25
- San Pedro nos hace ver que es muy fácil poder aceptar un castigo, o algún sufrimiento por algo mal que se haya hecho, por en realidad nos encontramos con ciertas personas, que han hecho danto daño y en su corazón, como no hay honestidad, ni sinceridad, aunque ellos sean los culpables y pueden ver que otros están encarcelados injustamente por ellos, pero ellos no salen a dar la cara y a asumir sus responsabilidades y algunas veces aunque se deba algo, cuando padecemos renegamos tanto no aceptando nuestras consecuencias; mientras Jesús siendo inocente, habiendo hecho todo bien y siempre el bien, fue condenado al sufrimiento y padeció con paciencia y una entrega perfecta, con la cual nos hace una llamada ser como él.
- Hoy en la celebración del día de la madre, nos encontramos con esas madres maravillosas, donde los hijos les ofendemos, maltratamos, les faltamos el respeto, y a pesar que les hacemos tantas cosas negativas, ellas nunca dejan de amarnos, sino al contrario su corazón sangra de amor por nosotros; mientras nosotros los hijos, que somos tan desagradecidos, que perdemos el valor y la grandeza de la madre, podemos verles sufrir a nuestras madrecitas y si ellas nos hicieron algo, que para nosotros no es de nuestro agrado, sino que nos ha hecho lastimar, guardamos rencor, lo llevamos dentro y no somos capaces de poner en una balanza la grandeza del amor de Dios en nuestras madres.
3) Santo Evangelio de Jesucristo Según San Juan 10:1-10
- Jesús nos dice: “Les aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que se mete por otro lado, es un ladrón y un bandido”. Cristo es el verdadero pastor, que no violenta a nadie, para entrar, si tú le abres tu corazón, él entrará, te hará parte de su rebaño y él será tu pastor, mientras, nos encontramos con el mundo del engaño, que nos pinta las falsedades, diciendo que eso es vida, que hay felicidad, y hasta nos hemos inventado el casarnos en las Vegas, y lo que se hace en las Vegas, se queda en las Vegas y nos decimos mutuamente, esto es vida, y la vida solo se vive una vez; pero no te dicen, quién es la vida…
- Cristo que es el verdadero pastor, nos conoce, sabe quiénes somos y nos llama por nuestro nombre. Es tan maravillo, cuando usted va al templo y se encuentra con su pastor que le dice su nombre con ternura y usted siente que es amada. Nosotros los pastores, tendríamos que conocerles a ustedes, saber sus penas y alegrías, sus triunfos y fracasos, sus penumbras y esperanzas, para acompañarlo como su pastor terrenal.
- Las ovejas en verdad reconocen a su pastor, saben quién es él. En la vida del campo, el ganado, sabe distinguir la voz d su cuidador, y salen a su encuentro. Hoy en la vida de los cristianos, muchos solo somos de nombre, con facilidad nos vamos, abandonamos a Cristo, y nos dedicamos a los placeres y se nos olvida, que solo en Cristo es que se tiene vida en abundancia, que todo lo de demás en vanidad de vanidad y muy pasajero, solo son espejismos momentáneos que el mundo usa para alejarnos de Dios. Usted y yo tenemos que preguntarnos, si en verdad Cristo es nuestro pasto, si conocemos su voz y le seguimos o es que seguimos otras directrices y abandonamos con facilidad las cosas de Dios todos los otros días de culto, creyendo que estamos haciendo lo correcto y lo que hacemos es irrespetar a Dios.
- Hoy en este día que el evangelio, nos habla del pastoreo, debemos ver si la iglesia como institución, sigue el pastoreo de Jesús, si ella misma es fiel al seguimiento de su Palabra, si ella es madre, como se dice que es madre, porque una madre no descuida a sus hijos ni les impone grandes sanciones dejándolos sin comer y fuera de la vida de la gracia, mientras algunas iglesias que dicen ser madre, abandonan, descuidan y desprecian a sus hijos.
P. Vidal Antonio Rivas