REFLEXION DOMINICAL, 24 DE DICIEMBRE, 2017

- Nos encontramos celebrando el cuarto domingo de Adviento, ya a las puertas de una nueva navidad, y habría que preguntarnos cómo estamos de preparados, para saber descubrir al verdadero Cristo vivo que gime en la miseria, la pobreza, al marginación y que no tendrán ni para una cena digna, mientras en muchas casas habrá gran derroche de comida y abundancia de regalos, mientras muchos corazones vacíos sin Dios.

- La celebración de la Navidad es en esta semana, que sea para todos, la vivencia de un Cristo que nos renueva, que dinamiza nuestras vidas, que nos humanizamos en su persona, y en lugar de vivir solo de espejismos, de vanidades, sepamos ver al Niño Dios en los pobres y marginados, pero siendo solidarios con ellos.

- En la reunión pasada de las Naciones Unidas, en medio de presiones y de querer meter miedo, hubieron 128 naciones valientes con tinte profético para denunciar lo que no esta bien, solo 9 estuvieron al lado del poderoso que se ha ido debilitando y 35 que su astuvieron, pero al menos mandaron un mensaje, que no se esta con los que imponen y han explotado al mundo.

- El 26 de este mes tenemos un mes de las elecciones en Honduras, donde el pueblo fue el que decidió, pero las fuerzas del mal apoyadas por otras externas que ven con ojos positivos estas cosas de tiniebla apoyan un sistema corrupto que atropella a un pueblo noble y que esta navidad les pasará como cuando Cristo nació bajo aquel imperio dominante del pueblo de Jesús y hoy nos toca a todos no quedarnos cayados ni cruzados de brazos.