REFLEXION DOMINICAL, 19 DE MARZO, 2017

 

Hoy nos encontramos en el tercer domingo de Cuaresma, tiempo oportuno de encuentro con Dios nuestro Padre y con nuestros semejantes, y como nos dice el Salmo 95: “Vengan, adoremos y postrémonos, arrodillémonos delante del Señor nuestro hacedor, porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano”.

En medio de tanto atropello contra la dignidad del ser humano nos toca luchar y hacer vida la palabra de Dios y en la vivencia de la Cuaresma nos asemejemos más a Cristo.
Hoy también la iglesia recuerda a San Mateo, como patrono de los hogares, hombre justo que invita a los hombres a ser respetuosos, valorizando a la mujer y cuidándola sabiendo que es tan especial y tan delicada en todo. Que seamos hombres justos y tratemos con dignidad a la mujer.

1) Lectura del Libro del Exodo 17:1-7

- El pueblo de Israel tiene sed, está muy cansado y agotado por el desierto, es tan fuerte el calor y agotador, que ya el pueblo en sí no aguanta más y le van reclamar a Moisés, el por qué los sacó a morir de sed?. Moisés en realidad no haya que hacer, también él está agotado y muy cansado y siente que su liderazgo se ha puesto a prueba; pero sabiendo que tiene a Dios acude a él como la solución a lo que le pasa.

- Moisés que también a caído en la tentación del desierto, bajo la prueba de ese calor intenso, lugar sin vida, ve a todo un pueblo desconsolado, sin rumbo, y la capacidad de darle muerte, porque han perdido la visión y piensan que Dios les ha abandonado, se les ha terminado la fe y la confianza, ya se les ha olvidado el Dios poderoso que los sacó de Egipto y están pensando que Dios es como uno de nosotros que es infiel, que olvida con facilidad la promesa. Dios invita a Moisés a tomar el liderazgo, que pase al frente, que no olvide que este es el poderoso de Israel, el que dio las plagas en Egipto, el que abrió el Mar Rojo, y hoy invita de nuevo a Moisés y al grupo de líderes a que se acerquen a las rocas, lugar mucho más muerto; pero Dios les va a fortalecer su fe, haciendo que surja agua de las rucas, que son muertas; pero es su poder el que hace todo diferente y de lo que aparece muerto y terminado nos devuelve la confianza.

- Lo que Dios hace lo hace perfecto, no hay que perder la calma, siempre hay que estar sereno y con la confianza en él que nunca nos defrauda y aunque parezca que todo se acaba, que ya todo desaparece, Dios está presente y nos lleva a la vida nueva, que sólo él nos puede dar.

2) Lectura de la Carta a los Romanos 5:1-11

- El escritor sagrado nos dice: “Así pues, libres ya de culpa gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Pues por Cristo gozamos del favor de Dios por medio de la fe, y estamos firmes, y nos alegramos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios.” En realidad es un verdadero regalo de Dios, es su gracia no son nuestros mérito, sino su infinito amor que nos lleva a la vida y a la transformación debido a la fe y eso tiene que darnos seguridad en medio de toda adversidad.

- Pablo nos dice que toda adversidad o sea la vida de pruebas nos sirven para afianzar nuestra fe y confianza en el creador, sólo el que es probado sabe de qué es lo que padece, como le sucede al pueblo de Israel cuando en el desierto dudan de Dios, como acontece en la vida diaria con nosotros, cuando perdemos un ser querido, o perdemos cosas materiales en las que habíamos puesto la confianza y nos daban cierta seguridad y cuando las perdemos nos sentimos débiles y creemos que Dios nos ha abandonado y no tiene que ser así, sino nuestra fe tiene que ser probada como el oro en el crisol.

- La palabra de dios nos hace ver que a pesar que nosotros, el pueblo de Dios no había hecho mérito alguno, sino al contrario estábamos como enemigos de Dios por nuestros pecados, Dios envía a su Hijo único, para reconciliar la naturaleza humana con la divina, ya que estamos lejos de Dios y lo único que nos espera es la muerte. El autor nos hace ver, que en la vida cotidiana, o sea en la vida normal, difícilmente encontramos a una persona que muera por uno, ya no se diga cuando no nos entendemos y estamos distanciados del otro y Cristo a pesar que éramos sus enemigos por el pecado, fue capaz de dar la vida por nosotros y darnos la salvación y la paz que sólo viene de Dios.

- Este día viernes 24 de marzo, celebramos el 37 aniversario del martirio del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, en El Salvador, un hombre de Dios, que anuncio la palabra con valentía, siendo un profeta de los pueblos y voz de los sin voz, que fue asesinado, mientras celebraba la Santa eucaristía (Santa Misa) por los que infundieron miedo y convencieron al pueblo humilde y noble, y que hoy nuevamente querían regresar al poder, con las mismas mentiras de siempre y parte de nuestro pueblo sigue equivocado, y este obispo Romero, en medio de los ultrajes, amenazas de muerte y difamaciones, les perdonó y dijo que si lo matarán resucitaría en su pueblo y les perdonaría sus pecados y les invitaba a la conversión y a los 34 años de su muerte martirial, todavía seguimos esperando el arrepentimiento y luego venga la conversión de esos asesinos que masacraron a nuestro pueblo salvadoreño y llevaron a que la comunidad se organizara y surgiera una guerra civil que dejó tantos muertos, y ocasionó tanto dolor y sufrimiento y que hoy se nos invita a la reconciliación y al perdón bajo la sangre derramada en Cristo Jesús.

3) Santo Evangelio de San Juan 4:5-42

- Jesús como todo ser humano se ha cansado y muy agotado está sentado al borde el pozo de Jacob, esperando por alguien que llegue a sacar agua y le dé un poco para tomar, y en ese momento aparece una samaritana, que no es amigable con Cristo por las discrepancias que hay entre judíos y samaritanos, y además, como es posible que Cristo entable dialogo con una mujer extraña y Cristo rompe todo protocolo y nos enseña que lo más grande es el amor a nuestros semejantes, luego del amor a Dios.

- La mujer no se lo puede creer, que ese judío, que es Cristo le esté pidiendo agua a ella, y le pone resistencia, y es cuando Cristo le hace ver, que si ella supera quienes el que le pide de beber, ella le pidiera a él. En realidad, ella se sorprende, no ve que tenga nada, no ve poder alguno, lo ve cansado, muy agotado y trata hasta de burlarse de él, y así, como Cristo se le presentó a ella se nos presenta a diario a nosotros, como una persona necesitada y no somos capaces de descubrir que ahí está Dios y que de esa acción saldremos bendecidos. Si nos ponemos a pensar, si hubiera sido una persona bien vestida, un rey la mujer no hubiera dudado en darle agua, lo mismo te ocurre a ti algunas veces, si fuera una persona famosa, rica, un clérigo de alto rango que tú conoces y admiras, no lo dudarías en darle de tomar, pero a un extranjero que te pide, como hoy sucede con los inmigrantes, que el presidente Obama, que tanto ha mentido y sigue abusando de nuestra comunidad, y nos ven como invasores, intrusos; mientras nosotros con todo el derecho lo único es que reclamamos que nos devuelvan lo que es nuestro y nos reconozcan nuestra dignidad, no estamos pidiendo nada fuera de contexto ni estamos mendigando nada, sino al contrario se está abusando de nosotros.

- La Samaritana llega a un dialogo profundo con Jesús, que hasta le dice, Señor tú no tienes como sacar agua, cómo es que tú me puedes dar a beber? Jesús le hace ver que no habla del agua física que saca del pozo, sino del agua de nuestro propio pozo, del lugar secreto de encuentro con Dios que llevamos dentro y esa agua que Dios da es el agua de la vida, que quita toda sed de ambición, egoísmos, mentira, traición, es el poner la confianza absoluta en él. En realidad la mujer no entiende y le pide que le de esa agua para no volver más al pozo y es cuando Cristo le pregunta y tú marido, y ella dice no tengo, mientras comparte con uno, y ya ha tenido cinco, es una mujer abusada, que ha vertido el valor de mujer, que no se ha encontrado con ella misma, con su esencia y cuando Cristo la lleva a verse con su misma realidad en lo profundo de su intimidad, se da cuenta que Cristo es un profeta.

- Cristo ha llevado a la Samaritana a encontrarse consigo misma que ya se le olvido que venía por agua y ha entrado a su pozo que hoy le habla a Cristo de religión y ella expone lugares físicos, donde cada religión cree tener la razón del lugar exacto de donde orar y tener a Dios en su lugar, y Cristo le hace ver a la mujer, que tanto Samaritanos, como judíos ninguno tiene la razón, lo mismo podríamos decir hoy, que tanto los cristianos, como judíos, musulmanes, Induístas y Budistas, no podemos encerrar a Cristo en las paredes de la religión haciendo creer que solo los adeptos de ese grupo religioso se van a Salvar, o como dicen muchas iglesias de algunas denominaciones, que la mente y el corazón se les cierra y creen que Dios está sólo en sus cuatro paredes, como si ellos fueran los que tiene la propiedad y el derecho exclusivo; mientras Jesús nos hace ver, que todos los que le adoremos en Espíritu en verdad, sea donde estemos y como estemos vamos a alcanzar la salvación; por lo tanto hay que dejar fanatismos infundados y aprendamos a convivir en respeto y libertad con todo ser humano que profesa en su vida su religión, ya que también él o ella alaban a Dios y solo Dios puede verse su sinceridad.
 
- Los discípulos de Cristo que regresan del pueblo vecino, que hoy traen algo de comer, encuentran a Cristo hablando con la mujer extraña y sobre todo siendo samaritana, que no se puede relacionar con ella, en este momento empieza la murmuración, la falsa religión, como hoy existe en ciertos grupos o personas individuales, que no le dan la mano, no saludan o no comparten con los que no son de su iglesia, vivimos muy equivocados. La mujer deja el cántaro con agua, habiendo venido pro ella y con él; pero hoy ha entendido, ya que ha llenado su propio cántaro y es por eso que va en busca del pueblo del que ella forma parte, corre hacia ellos y les hace ver que ha encontrado posiblemente al Cristo, que le ha hecho ver su intimidad, que la ha encontrado con ella misma, y por lo tanto les invita a que salgan del pueblo, que vengan a su encuentro, para que también ellos sean diferentes, y es tanto el convencimiento que ven en ella, que la gente sale a ver a Cristo y cuando se encuentran con él y al verlo y escucharlo se dan cuenta que la mujer no está mintiendo y le aceptan y le agradecen a la mujer.

- Los discípulos ni porque andan con Cristo, no entienden cuando Cristo les dice que su alimento es hacer la voluntad de su Padre, y ellos llegan a murmurar, creyendo que la mujer le ha traído comida a Cristo, que posiblemente lo hizo a propósito el quedarse, que posiblemente, esta mujer es como una amante de Cristo. Esta es una realidad de la comunidad de muchos cristianos, que en verdad no hemos aceptado a Jesucristo, que vivimos de hipocresía, de cristianismo falso y a los que criticamos, muchas veces están más llenos de Dios que nosotros, como es el caso de la mujer, que corre, convence a su pueblo y lo trae a Jesús, hoy nosotros preguntémonos, hemos bajado a nuestro pozo, ya nos encontramos, ya reflejamos a Dios, no tenemos miedo de ver nuestras falsedades y limitaciones y si hemos traído a los que nos rodean al encuentro con Jesús, o somos parte de los discípulos que viven en la falsedad creyendo tener la verdad.

- Que pasen un bello domingo muy llenos de Dios, descubriendo en esta mujer una verdadera discípula, que se convierte en una misionera, y no es judía, sino la apóstol de los gentiles, que va a ellos y sale más efectiva porque trae la comunidad a Cristo, que también nosotros nos volvamos misioneros, y sobre todo ustedes, porque la mayoría de las veces nosotros los pastores no damos la medida y creemos estar en la verdad, como el caso de los discípulos, que vivíamos el cristianismo en verdadera unidad, amor y libertad de los hijos de Dios, como una sola familia.

- No debemos de ser como la Samaritana cuando todavía Cristo no había llenado su cántaro interior, sino como la Samarita, que ha tenido el encuentro con el Señor Jesús, que deja todo, se vuelve dando testimonio de él y es capaz de convencer a un pueblo que venga a Cristo, y esa es la misión nuestra.

P. Vidal Antonio Rivas